"Mi eterno otoño"

"El otoño, siempre ha sido mi estación favorita. El momento en que estalla todo con su belleza pasada, como si la naturaleza hubiera estado ahorrando todo el año para el gran final. (Lauren DeStefano)

Mi otoño de este año pintó el campo en tonos vivos de escarlata, y los días claros y frescos bajo el cielo de cosecha…

Llega después del verano, antecede al invierno. Es una estación fértil, inicia la prosperidad, la abundancia y la energía fluye. Es una estación de renovación, cambios y transformación de nuestra existencia.

ETIMOLOGÍA:

Su nombre proviene del latín «autumnus», palabra que se ha vinculado a la raíz «augeo», «aumentar». De este modo, los etimologistas latinos explicaban la palabra como «auctus (participio pasado de augeo) annus»: el aumento o la plenitud del año. Puede ser comparada así con el término castellano «auge», que proviene de idéntica raíz. Otros autores, como Breyer y Ernout-Meillet, vinculan la palabra latina «autumnus» con la raíz etrusca «autu», que implica la idea del cambio, y aparece también en el nombre de la divinidad etrusca Vertumno.

El otoño se asocia tradicionalmente a la melancolía, nos retiramos del mundo exterior, física y psicológicamente. Igual que las plantas, es una estación de renacimiento de cambios, de reencuentro con nuestro interior, de paz y de Amor.

El cielo es inmensamente azul, el mar es otra vez. Los campos floridos. Los días soleados y las noches perpetuas llenas de plegarias de un amor noble, genuino, puro y eterno.

Fue antes del verano que se transformó mi tiempo en un corto periodo de ausencia y presencia cuando el sol en todo su esplendor cobijó y dio calor a mi ser, preparándolo y transformándolo para otra estación, cerrando totalmente ciclos, tiempos del ayer y abriendo nuevos horizontes con senderos de luz.

Bajo el gélido viento del suroeste susurraba con un cielo estrellado melodías angelicales que hacen estremecer el firmamento, provocando una cadena de metamorfosis. Es como un pedacito de cielo, fuerte y frágil a la vez; por su origen divino y puro dejando coloridos paisajes eternos en el tiempo.

Las puestas de sol hoy son más largas porque se fusionan con el alba, donde el día y la noche se enlazan, bajo cielos rojos con reflejos de tonos cálidos y dorados que cubren primero las hojas de los árboles, luego el suelo para convertirse en un fértil corazón del que volverá a brotar la vida y renacerá la esperanza.

Otoño es una estación para sembrar las semillas que darán frutos en nuestro corazón.

En otoño me hablan de todas las cosas que se han ido por su efímera llegada y partida, como si todas las hojas de otoño se hubieran caído, o como si todo lo que parecía eterno ahora haya desaparecido.

Finalmente hoy tengo lo que esperaba.

Todos tenemos un océano que cruzar cuando se tiene un corazón para amar, donde podemos correr libres al viento.

Este tarde de otoño escribí muchas palabras, como un atardecer escarlata con tonos azul violeta, un cielo estrellado, un amanecer cálido y dorado… pero antes de la alborada borré una a una, cada palabra y la última frase que quedó fue:

“No quiero extrañarte solo quiero que te quedes en mi corazón.”

Ahora el fuego del otoño quema lentamente la alborada porque en el bosque día a día las hojas muertas caen y se funden… en una sola.

¿Cómo te amo Luna? Déjame contarte las maneras. Te amo con la profundidad, la anchura y la altura que mi alma puede alcanzar.

Cada hoja habla de felicidad, agitando los árboles de otoño.

¡Escucha! El viento está aumentando…!

Hemos tenido nuestras noches de verano y ahora es tiempo de invierno, del luminoso Diciembre… y la luna está eternamente presente, para dar lugar a la próxima estación, donde las flores volverán a florecer.

Mi otoño de este año pintó el campo en tonos vivos de escarlata, y los días claros y frescos bajo el cielo azul violeta.

Alexa Ch.

Fuente: Diccionarios, Escritores, Literatura