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mayo 18, 2020

May 18,20


FE, ESPERANZA, 

CARIDAD (AMOR)

 TRES VIRTUDES…¡Estas tres permanecerán!

"Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, 
pero la mayor de estas tres es el amor." 
"El amor nunca pasará"

La palabra "FE" se deriva del latín FIDES (Lealtad). Su origen es el término FIDELITAS, que significa "adhesión", a su vez, se originó a partir de FIDELIS, "fiel" derivado de FIDES, que tiene el significado de "fe", en el sentido de creencia o confianza.

La esperanza es un estado de ánimo optimista en el cual aquello que deseamos o aspiramos nos parece posible.

La caridad, podríamos definirla como una virtud o una obra de misericordia en algunas doctrinas religiosas, consiste en el sentir solidaridad y benevolencia hacia la adversidad y los sufrimientos humanos, de las demás personas. Se trata de un amor desinteresado por el prójimo o por Dios, de acuerdo con algunas doctrinas teologales.

La palabra AMOR, proviene del latín amor, amōris. Se emparenta, de este modo, con el verbo latino amāre, del que derivará nuestro verbo amar.

la Fe, la Esperanza y el amor es como el pan, son alimento, y esto representa todo lo que nos permite asegurar nuestra existencia. 

Son las tres virtudes teologales, que generalmente las expresamos diciendo fe esperanza y Caridad, Pero es el caso, de que por razón de la evolución de la lengua española el término caridad, que en tiempos más antiguos tenía un significado amplio, ahora para muchos se ha reducido a significar el amor fraternal, son la base de todo el contenido de nuestra fe.

A la fe le corresponde el entendimiento; a la esperanza le corresponde la memoria; y a la caridad la voluntad. En cada virtud teologal debe de actuar la unión con Dios en la potencia correspondiente.

Las tres virtudes teologales, han de ser las que han de poner en perfección las tres potencias del alma… Mediante las virtudes teologales cada potencia es informada de modo sobrenatural según las exigencias de su propia entidad”.

Esperanza significa esperar con fe. El hombre siempre ha tenido esperanza hasta en los momentos más difíciles. se aferran a la esperanza, porque desean hacer posible sus proyectos y saben que no se puede vivir la vida sin ella.

Cada uno de nosotros puede ser la esperanza de otros, como los hijos que son la esperanza de los padres y el amor nos llena de esperanza y nos reconcilia con la vida.

La esperanza surge en los momentos de gozo que son los que nos inclinan a creer en algo mejor.

Cuando la vida nos parece maravillosa estamos más cerca de Dios y cuando el dolor nos acosa es cuando nos refugiamos en Él.

El hombre es tiempo y es esperanza. Nada que deseamos ocurre en el mismo instante que lo pensamos hay que esperar los acontecimientos en el tiempo, hay que esperar, porque la vida es espera.

La FE, la esperanza y el amor, son las únicas fuerzas que nos permiten atravesar la existencia en las mejores condiciones físicas y espirituales.

No tenemos necesidad de amar el amor, pero si tenemos la necesidad de creer en el. El amor y la fe están unidos.

La fe es una semilla que debemos sembrar en un terreno fértil y en época favorable para que germine y crezca; y el amor lo debemos cuidar para que cada día florezca.

La fe, la esperanza y el amor son llamadas virtudes, porque gracias a ellas podemos entrar en relación con Dios.

Para no perder jamás estas virtudes de fe esperanza y amor, es preciso mantener en uno mismo la fe y el amor, frente a cada dificultad que se nos presente y pedir a Dios que nos de sabiduría y fortaleza para salir ilesos ante cualquier situación adversa.

La sabiduría tiene afinidades con el frio, el amor y  con el calor, ambas tienen mucho ímpetu y entusiasmo.

La esperanza está unida al cuerpo físico, la FE está unida al corazón.... y el corazón es el templo donde habita Dios. 


El amor no se ve, pero se puede sentir....   
“Dios es amor.”
Alexa Ch

mayo 04, 2020

"EL VACIO EXISTENCIAL"

El amor de Dios es infinito y no tiene límites.


“¿De dónde viene el verdadero amor? 

Todo el que ama ha sido generado por Dios, porque Dios es amor”.


Hay que arriesgarse, hay que perder el miedo a vivir…

La vida es Hoy… aquí… ahora.


La vida del ser humano lleva consigo un conjunto de vivencias, aprendizajes, luchas, éxitos, fracasos, dentro de un espacio y en un tiempo determinado, donde comparte su día a día junto a otras personas desde: familiares, amigos, allegados, y desconocidos.


Vacío existencial:


Vacío es un concepto que procede del vocablo latino vacīvus. El término hace referencia a aquello que carece de contenido. 


Existencial, por su parte, es un adjetivo vinculado a la acción de existir (estar, poseer vida, pertenecer a la realidad).


El sentido de la vida surge por la necesidad de dar solución a los problemas que tenga una colectividad o un individuo en particular.


La construcción de un sentido de vida se inicia en la socialización primaria (familia) que todos recibimos la cual posibilita la construcción de una base ontológica sólida que ofrezca seguridad certidumbre existencial para el individuo, como un punto de arranque para la construcción y definición de su identidad del yo y su sentido de vida.


Teniendo en cuenta la importancia y la influencia de la familia en la formación de cada uno de nosotros y en la conformación de nuestro sentido de vida, es importante considerar la influencia familiar en las personas dentro de la sociedad en su conjunto.


El desarrollo de un sentido de la vida en cada uno de nosotros puede verse limitado, truncado o frustrado en la medida en que nuestras metas, anhelos, expectativas de vida, sueños no sean realizados o nuestros parámetros de vida de seguridad y certidumbre sean afectados por situaciones o circunstancias de "crisis" en las cuales no se cuenta con las herramientas adecuadas para su afrontación, reajuste de nuestra vida, asimilación y/o superación.


En tales situaciones, la presencia de un conjunto de sensaciones y cambios en nuestro día a día, surgen como "síntomas" de un estado de frustración existencial que afecta nuestro sentido de vida que ha sido denominado por Viktor Frankl fundador de Logoterapia (Escuela de Psicoterapia  Existencial) como un "vacío existencial": "la pérdida del sentimiento de que la vida es significativa", las personas presentan "el sentimiento de que sus vidas carecen total y definitivamente de un sentido. Se ven acosados por la experiencia de su vaciedad íntima, del desierto que albergan dentro de sí".


La cotidianidad de dichos individuos se resume a "un sentimiento de vacío interior y de absurdidad de la vida, una incapacidad para sentir las cosas y los seres". En definitiva, quien padece el vacío existencial o una "crisis de sentido subjetivo", considera que "la vida no tiene sentido" y que "no vale la pena vivirla".


Dicho sentimiento de vacuidad interior lleva a la persona a padecer, según Frankl: tristeza, melancolía, angustia, desencanto, soledad, depresión, alcoholismo, drogadicción, conformismo, actos violentos contra otros y contra sí mismo (homicidios, suicidio, intentos de suicidio), evitar estar sólo, exacerbación de la libido, de "la voluntad de poder", placer, hacer lo que otros quieren que uno haga (totalitarismo), manejar a altas velocidades, largas horas de conversación, realizar actividades para no estar consigo mismo (deportes, ver televisión, oír música, etc.) apatía, desmotivación y desvinculación de la sociedad.


La reflexión sobre la vida y su razón de ser desde un punto de vista existencial puede ser comprendida teniendo presente las palabras de Albert Camus, según las cuales: "la vida no tiene sentido y no vale la pena vivirla". Esta certeza ante el absurdo de la vida conlleva a la reflexión de la vida misma puesta en términos de que cada uno de nosotros es responsable y él único capaz de dotarla de sentido. En tal sentido, tal como diría Sartre: "la vida, a priori, no tiene sentido. Antes que ustedes vivan, la vida no es nada; les corresponde a ustedes darle un sentido".


Otros pensadores han descrito el vacío existencial como un desierto y enfermedad del alma humana, que está asociada a la desesperación y a la ausencia de fe.


El vacío existencial ocurre en la medida en el individuo no construya su día a día trascendiendo su realidad y vida cotidiana desechando de esa forma la ideación de su proyecto de vida. Son los períodos de transición los que engendran el vacío existencial.


En la trama del mundo, la vida de cada hombre es como un sendero, una gran aventura, que supone un crecimiento hacia lo máximo del ser, una maduración pero, al mismo tiempo paradas, crisis y disminuciones. Es un camino en pos del sentido último de las cosas, en el que el hombre tiene que abrirse paso por sí mismo, tomar decisiones por su cuenta y luchar batallas por su propio brazo. Sintiendo en los ojos el reto de los colores y en el rostro la llamada de los vientos, de las tempestades.


El sentido vocacional de la vida significa, por supuesto, que en el mismísimo punto de partida hay una propuesta paradójica: para llegar a ser uno mismo es preciso romper la soledad del ensimismamiento. No hay que temerle el aventurar de la vida. Salir del propio caparazón, abrirse a Dios y a los demás.


Hay que asumir personalmente el protagonismo de la propia vida, arriesgarse, perder el miedo a vivir.  Hay que lanzarse, ser optimista, y aferrarse a la FE.


El ser humano tiene un poder enorme, esa fuerza interior que nos hace ir siempre hacia delante. Nuestras limitaciones personales, que son, están para ser enfrentadas y superadas.


La vida es hoy, aquí ahora… No hay que temer al mañana.


Todos los ríos van a dar al mar, y se convierten en océanos sin fin.


 No se puede hablar del hombre sin hablar de Dios. 


Hay que contagiar esa alegría de vivir, de  esa esperanza, a los que nos rodean.


“¡No tengáis miedo. Abrid las puertas a Cristo!”



Alexa Ch.


Fuente: Monografías

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